Siete computadoras para 25,000 alumnos -SIN FUNCIONAR- en la Facultad de Ciencias Sociales
Tuve que hacer una nota para una de las materias (la que llamo de 'periodismo clásico') y fue algo deprimente. En la era de Internet, con todas las posibilidades que brinda para cualquiera que esté estudiando, se me ocurrió investigar qué pasaba en Ciencias Sociales (elegí Ciencias Sociales porque era mi facultad cuando estudié Letras). Tienen el privilegio de tener un gabinete de computación, muy limitado por cierto, pero gratis, que brinda el Estado con el aporte de nuestros impuestos.
La foto que ven es truchísima comparada con la realidad, tuvieron que poner plantas para decorar un poco pero cualquiera que pase por Marcelo T de Alvear podrá ver los carteles que llegan a la vereda. ¿Cómo hace uno para expresar su ideología sin invadir los derechos de los demás? Es una pregunta para debate.
He aquí una versión "blog" de la crónica que entregué (ya sé es más larga de lo típico de una versión blog, pero permítanme la licencia):
“El Gabinete de Computación NO funciona. No podemos precisar la fecha de apertura (sepa disculpar las molestias ocasionadas)”. El anuncio se exhibía el martes 26 de mayo en la puerta de la sala de computación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, ubicada en Marcelo T. de Alvear 2230. En esta sede de 25,000 alumnos inscriptos hay un único gabinete que cuenta con siete computadoras y como seis no funcionaban se procedió al cierre.
La empleada de la Biblioteca de la Facultad donde se encuentra la sala de computación, indica que la semana anterior se hicieron los reclamos pertinentes al área de la Secretaría de Gestión pero que no han tenido una definición respecto de la reapertura.
En Ciencias Sociales, se cursan cinco carreras: Sociología, Comunicación, Ciencia Política, Trabajo Social y Relaciones del Trabajo. Entre diez alumnos consultados, nueve no estaban enterados de la clausura.
Javier Varveri (sí con 'v' las dos veces por esas cosas que les pasaban a los inmigrantes me explicó), simpatiquísimo y muy cálido, presidente de la agrupación estudiantil "Octubre", distribuía panfletos para un seminario de Lenin. Fue el único entre los muchos alumnos consultados que no dudó en definir el uso de Internet para los alumnos como “muy importante, sobre todo si lo que se investiga es un tema de actualidad”. Pero al charlar más con él me entero de que el centro de estudiantes no tiene página web y se comunican entre sí por correo electrónico. Es entendible, para tener un sitio sin avisos hay que pagar, ¿pero que pasa con los sitios gratis como geocites? Cuando le comenté a Javier que un blog es gratis me preguntó ¿un qué? ´Ta bien me dirán muchos ¿cuántos saben lo que es un blog? Sí, pero estos son estudiantes universitarios donde se cursa, esteem, Ciencias de la Comunicación.
“Internet es una herramienta y si su uso con fines académicos no está bien aprovechado los estudiantes sólo chatean y chequean mails”, me explicó con mucho criterio Carolina (siempre tan lúcida Caro, que es profesora de computación, además de ser una persona muy querida), “Para beneficiarte con Internet tenés que tener una orientación y una capacitación que te permitan mejorar las aptitudes académicas.”
En la sala del centro de estudiantes donde vende apuntes, Mariano (quien no quiso que diera su apellido), sociólogo recibido que milita en el Partido Obrero, desconoce que el gabinete de computación esté cerrado, pese a estar ubicado a pocos metros. "Las máquinas del gabinete son viejas, acota, modelos PC 386/486, y tienen acceso a Internet por discado telefónico". Se queja de que ahora la Facultad ha instituido la inscripción a las distintas materias por Internet, ya que el costo de acceso debe soportarlo el alumno (no si funcionaran las computadoras, pensé). Mariano se expresó con soltura: "Acá lo que leemos es 'El Capital' y no te lo vas a bajar por Internet porque te gastás una resma entera y es más barato comprar el libro". No le acoté nada porque era en ese momento era una simple receptora de información. Ahora puedo pensar en voz alta: "todo bien, Mariano, es mejor ir a las fuentes y leer directamente a Marx- no citarlo al divino botón- pero digo, siglo XIX, ¡SIGLO XIX!, Mariano, ¡¿qué hacemos si nos quedamos ahí?! A mí me sonó el despertador en la cabeza con un bombazo en ese preciso momento que vociferaba "SIGLO XXI, ¡SIGLO XXI!" Comunicación Por Red. Nosotros somos los medios. Ché Mariano, no funciona ni una freakin' computadora ¿no debería alguien hacer algo?
Subiendo al primer piso, por una escenografía totalmente partidaria de carteles estudiantiles que ocupan cada centímetro de pared, se encuentra la Secretaría de Gestión Institucional de Ciencias Sociales dirigida por la profesora María Felicitas Elías, quien también desconocía que estuviera cerrada la sala (llamó por teléfono al área de sistemas para comprobarlo cuando se lo mencioné). En todo momento fue muy cordial y en el transcurso de la conversación, reconoce que las máquinas son antiguas y que el mantenimiento es un problema de fondos pero destaca que los aparatos sufren el maltrato de los alumnos y cita como ejemplo que alguien apagó un cigarrillo sobre el mouse. (¡¡??)“Para nosotros es un logro haber conseguido la inscripción a materias por Internet aunque el centro de estudiantes no parece estar de acuerdo; están en todo su derecho de pensar así.”
El problema presupuestario de la UBA fue puesto ante los ojos de toda la comunidad como una situación insostenible por el mismo rector de la Universidad, Jaim Etcheverry, en un informe del 18 de mayo. Manifiesta haber recibido en 2005 un presupuesto “exiguo” de $442 millones sobre la estimación realizada el año anterior de 855 millones (menos del 52%).
En un reportaje del 12 de mayo, realizado por la Subsecretaría de Medios de Comunicación de la UBA, el Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, licenciado Federico Schuster, un hombre muy cuestionado, también manifestó la preocupación por el sistema universitario y resalta como “origen de todos los males” la cuestión presupuestaria: “Un país que no produce con alto valor agregado producto del conocimiento no puede producir riqueza.” En particular, la situación de Ciencias Sociales es que creció mucho en un período corto y “sin planificación.”
Un estudio de la Secretaría de Hacienda y Administración de Ciencias Sociales revela que la matrícula casi se triplicó en diez años, de 8763 alumnos en 1995 a 25,000 en el censo 2004 (13,000 son de Ciencias de la Comunicación). Respecto de 1997, en el 2003 la matrícula creció un 174,15 % pero el presupuesto sólo un 122,28%.
Todos parecen coincidir en la necesidad de dar respuestas urgentes a múltiples problemas, pero la sala de computación cerrada no genera la misma indignación entre los alumnos que el pedido de un nuevo edificio. El aula magna, sobre la cual pendían carteles de “peligro de derrumbre”, fue tomada por los alumnos entre cánticos que vaticinaban “qué quilombo se va a armar si el edificio nuevo no está”. Cabe aclarar que si bien al edificio le falta refacción y pintura no parecía que hubiese ningún peligro de derrumbe más que de futuro.
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