"El fantasma" es un periódico barrial con muchos años de trayectoria que cubre el barrio de Recoleta con humor (¡siempre tan bienvenido!) a través de notas muy entretenidas.
Hace más de 10 años, Santiago Leiro (a la derecha en la foto), quien se había recibido de licenciado en comunicación en la UBA, se reunía con un amigo en el Bar Pipa’s (Callao entre Vicente López y Las Heras). Ambos eran vecinos de La Recoleta y querían escribir sobre el barrio. Se dieron cuenta de que el cementerio unificaba la zona y decidieron lanzarse con un periódico barrial, (¡por favor, nos revuelve el estómago que lo llamen 'revista'!), que bautizaron “El fantasma”, ("por el cementerio, obvio"). Se publica en forma mensual, es de distribución gratuita y se sostiene con la publicidad de anunciantes locales.
En sus “mejores momentos” la tirada alcanzó los 20,000 ejemplares y en el 2001 se llegó a publicar en color. Ahora quedó a cargo Leiro, con un punto de vista que suele ser punzante y lúcido, como corresponde al "Rey de los Periódicos barriales". “A veces decimos que nuestra mayor competencia barrial es el diario La Nación, le confesó en abril a esta “espía de otro multimedio".
"Después de la crisis, estamos en 10.000 ejemplares”, explicó además su director y propietario, que ve a La Recoleta como un barrio de gente “algo acortonada”. Su objetivo es expresar a través de la publicación una cuota de humor que no le viene nada mal al vecindario. El intento es dar cabida a opiniones diversas y a la libertad de expresión.
Para un brevísimo sabor de El fantasma (se escribe con minúscula, dicen estar cansados de verlo mal escrito) van escuetos comentarios del número de abril cuya nota central trataba el tema de los hostales de Recoleta. En la contratapa le preguntan al staff de El fantasma si se hospedaría en un hostel. Algunas de las respuestas:
Director y Propietario: “No te comparto el baño ni mamado”
Coordinación Periodística: “Una noche, con toda la furia. Más tiempo me haría activar unas cuantas fobias”
La Redactora: “Leen la nota, vagos”.
Editora: “¿Por qué no? La economía, de vez en cuando, lo amerita”.
Y el personaje emblemático Guillermo Sucre Levene (no pidan más detalles sobre su identidad) expresa: “Esencialmente, nunca duermo en lugares que no sean de mi propiedad. Además habría que cerrar todos los hoteles de menos de 3 estrellas. Son un juntadero de vagos”
Cuando estalló el escándalo de la exposición de León Ferrari el staff de El fantasma pensó “¡que suerté! Un escándalo en Recoleta!”. Era un golpe de suerte porque les daba la posibilidad de exponer todos los puntos de vista (hubo como resultado cartas de lectores enojados, si bien otros vecinos se mostraron contentos por haber podido reflexionar).
Sobrevivir como publicación mensual durante diez años en este país, y cubriendo solamente el barrio de La Recoleta “no es moco de pavo”, como dirían, tal vez, “los de El fantasma” (así, plís, con minúscula).